jueves, 21 de abril de 2011

Salmo 38

Oh Señor, no me reprendas en tu furor
ni me castigues en tu ira.
Tus saetas cayeron sobre mí,
y sobre mí ha descendido tu mano.

Nada hay sano en mi carne a causa de tu ira;
ni hay paz en mis huesos a causa de mi pecado,
porque mis maldades se acumulan sobre mi cabeza;
como carga pesada me abruman.

Hieden y supuran mis llagas a causa de mi locura.
Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día,
porque mis lomos están llenos de ardor;
nada hay sano en mi carne.
Estoy debilitado y molido en gran manera;
¡gimo a causa de la conmoción de mi corazón!

Señor, delante de Ti están todos mis deseos
Y mi suspiro no te es oculto.
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
y aun la luz de mis ojos me falta ya...

No hay comentarios: