miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿De regreso?

   Hace algunos meses resucité.
   Había hecho un viaje al dolor, estúpidamente me dejé a él. El día que estaba segura de que no podía sentir más dolor, llegaba otro que me golpeaba con mayor intensidad. Morí. Estuve en ese lugar donde sólo pueden habitar los condenados, en donde está el castigo perpetuo, lugar de fuegos fatuos, instrumentos de tortura, cuna de la locura. Desterrada, aletargada, sin luz, anduve dando vueltas sobre la misma mierda. Podía culpar a Dios, a mí, y a cualquier al que pudiera señalar con el dedo.
   Necesité dolor para purificarme.
   Luego de catorce meses, llegaron a mí una serie de ayudas, milagrosas, que me devolvieron a la vida.
   Y ahora, me siento tan tentada, parece que de espaldas, como si no me diera cuenta, regreso al maldito camino en el que me caí.   ¿Soy tan cobarde?