miércoles, 12 de enero de 2011

Necesito fe



Esta semana he estado en contacto con muchos textos interesantes. Hace tiempo llegaron a mi los dos tomos de la Leyenda Aurea de Santiago de la Voragine, libros que había estado buscando sin éxito en las librerías. Mi deseo de toparme con estos textos nació por un trabajo que hacía sobre San Jorge, y algunas vidas de los santos. Aún cuando el autor y compilador muestra a los santos adornados de dones y super poderes, son textos riquísimos;  históricamente no son muy dignos de la memoria, sino de la fantasía o de una fe muy exaltada; literariamente tienen los suyo. Uno se divierte con las hazañas de las personalidades de las que se habla, así como uno aprende de la manera de algunos pensamientos de esos años en que se escribieron todos esos textos y de los años en que de la Voragine los juntó. A partir de las festividades que recién pasamos, leí sobre Herodes Ascalonita, encontré más de lo que la clase de religión y la Biblia me habían enseñado, había más fuentes y pronto volví a mi antigua fuente el Nuevo Testamento, así como a una compilación de evangelios apócrifos. Por trabajo además, me encuentro con muchos textos sobre el Sintoismo y la mitología Japonesa. Alterno con mis lecturas del budismo y enseñanzas tibetanas. Pues ayer veía la decena de libros que descansan tanto en el suelo, como en mi buró cuando el pensamiento llegó: <<Entre más leo de religión menos creo en Dios.>>

Necesito fe. Mucha fe.